Estaba ahí, con los pantalones por los tobillos, aguantando en posición de media sentadilla intentando no tocar nada cuando sucedió algo muy extraño. Desde el cubículo una voz me dice - "Hey tío, ¿qué tal?". Yo me quedé callado por unos segundos sin saber que decir con cara de asombro. Como soy una persona educada respondí un escueto - "Bien, gracias".
Al cabo de unos instantes el del cubículo de al lado me dice - "Bueno, ¿y qué estás haciendo?". Yo, mas perplejo todavía y tratando de mantener un tono de voz firme y duro, como de motero a lo Ángel del Infierno que es capaz de matar a 10 con una mano, le dije al tío - "Pues aquí, echando una mierda rápida". Dicho esto lo siguiente que oí desde el cubículo de al lado fue - "Te tengo que dejar tío, hay un imbécil en el retrete de al lado que me contesta todo lo que te pregunto".
PD: es un chiste.