jueves, 23 de febrero de 2012

Peces de pecera

Cualquier palangana, cazuela de cocina o cubo de playa se puede convertir en una pecera si introducimos en ella uno o varios peces de agua fría. En cuanto discurran unos días, y veamos que los pequeños animales resisten y no se han muerto, nos plantearemos ir a la tienda y comprar una bonita bola de cristal: elegantes aunque delicadas (no resisten los golpes) las hay con distintas capacidades y algunas tienen formas algo más originales que la esfera típica, bordes más o menos labrados, e incluso montículos incorporados.
Cuidados básicos para peces de pecera

Consisten en dedicar unos breves minutos al día para:
- Sacar a los peces de la pecera. Si no nos sentimos cómodos ante la situación de tener que cogerlos con la mano, emplearemos una red especial para ello (el salabre).

- Vaciar el agua vieja, sucia y pobre del día anterior. Aclarar bien el interior con agua limpia, sin emplear nunca jabones ni otros productos químicos.

- Rellenarla de nuevo, con agua corriente del grifo (procurando ponerla a temperatura ambiente, pues en invierno puede ser que salga demasiado fría y los peces noten demasiado cambio repentino).

- Añadir un producto anti-cloro, ya que el agua del grifo no es idónea para el bienestar de los peces pues contiene un exceso de cloro y metales pesados. Hay productos muy económicos y sencillos de emplear.
- Volver a introducir los peces.

- Alimentarlos, dos veces al día, con 4-5 escamitas por pez, de su comida especial para peces de agua fría.

Los peces:
La mayoría de los peces de pecera que se comercializan descienden en origen de carpas de río. Pertenecientes a la familia de los ciprínidos, tienen un nombre científico común que es Carasius auratus. Fueron desarrollados fundamentalmente en China y Japón a base de cruces y distintas mutaciones. Se han conseguido animales muy diversos, con colores variados. La mayoría de las especies hoy existentes son compatibles entre sí y pueden mezclarse en un mismo territorio, aunque también es cierto que las más espectaculares y bellas son ejemplares más caros y delicados y no debemos recomendarlos para una pecera pequeña sino únicamente para acuarios bien montados.

Son ejemplares típicos de pecera, por económicos y resistentes los llamados cometas (el pez rojo que más vemos en peceras y estanques), los kois (cuando son pequeños) y los shubunkin: todos fusiformes, alargados, con la aleta caudal dividida en dos lóbulos, ágiles y rápidos (con la forma que un niño pintaría un pez en una pizarra). Las demás variedades, que detallaremos más ampliamente en el capítulo de peces de acuario (así como sus enfermedades típicas) son más llamativos: con abdómenes globosos, colas amplias abiertas en abanico y en algunos casos auténticas deformaciones de ciertas partes del cuerpo.